La Generalitat suscribirá en julio el llamado “Pacto para la Reforma Horaria” con el objetivo de adaptar progresivamente los hábitos horarios de Cataluña a los del resto del mundo. La base del cambio es avanzar dos horas la actividad laboral y privada de la ciudadanía, acostumbrarse a almorzar a la una de la tarde y cenar a las ocho, reduciendo los tiempos de interrupción de la jornada laboral para la comida de mediodía. El acuerdo prevé conseguir la plena transformación en 2025.
 
El primer paso que dará la Generalitat será evaluar el coste económico de la reforma horaria en todos los sectores y buscar el compromiso de cada uno de ellos. Hay medidas que dependen de competencias autonómicas y otras del Estado.
 
Por su parte, el Gobierno Central avanzó el pasado mes de abril algunas de las propuestas de este plan, sobre todo la de conseguir que la jornada laboral en España finalice a las seis de la tarde, siendo partidario de cambiar el huso horario de España y equipararlo al de Portugal y Reino Unido, para lo que insinuó también su intención de introducir ventajas fiscales y sellos de calidad destinados a las empresas que se sumen a la racionalización de los horarios.