La buena fe en la relación laboral se exige a ambas partes (Empresa y trabajador) y quebrantarla puede llegar a justificar la decisión del despido disciplinario. Un buen ejemplo es una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, de 21 de noviembre de 2019, en la que se declara procedente el despido de un trabajador que, teniendo la jornada reducida por guarda legal por cuidado de un hijo, se dedicaba a atender un negocio particular. Entiende el TSJ que se ha producido una transgresión y abuso de confianza que justifican la sanción del despido.